Ya lo he escrito en la red y lo he dicho en las ondas pero vuelvo sobre ello porque las barbaridades hay que combatirlas mientras se pueda. Yo en eso estoy. Y porque quiero que otras personas se unan a la tarea con un gesto sencillo pero comprometido, fácil pero eficiente. Necesario para defender ese patrimonio colectivo, aunque con dueños particulares, que es la Sierra de Escalona, su paisaje, su flora, su fauna, su historia. Nuestra sierra, uno de nuestros más hermosos horizontes.
La barbaridad a la que me refiero no es otra que ese proyecto de línea eléctrica de alta tensión que Red Eléctrica Española pretende hacer pasar por dentro de la sierra, a la altura del Cabezo Mortero, la punta de Los Alcores, bajarla por Lo Balaguer y La Castellana y encaminarla hacia la subestación de La Marquesa. Torres enormes que en algunos casos alcanzan más de cuarenta metros de altura, como un edificio de 15 plantas. Una aberración metálica enseñoreándose de un territorio que no es suyo, que es de los pinos y las águilas, de romeros y jaras, de tomillos y búhos, de caminantes, de espíritus solitarios que se pierden entre su espesura, de los que dormitan a la sombra de un pino o meriendan bajo él, de los que disfrutan del silencio y el verdor.
Lamento que el gobierno de mi ayuntamiento no haya tenido el más mínimo interés en llevar el asunto al Pleno para debatirlo públicamente. Lamento que ninguno de esos tantos concejales que cobran su buen sueldo, algunos sin ganárselo, no hayan dedicado unos cuantos de esos minutos que tan caros pagamos los contribuyentes a preocuparse por un asunto con graves implicaciones para el desarrollo de nuestro pueblo. Parece que todavía no se han dado cuenta de las posibilidades de desarrollo que supone tener en el término municipal un Parque Natural. Y una parte de él está en peligro.
Lamento, igualmente, que la oposición no haya sido capaz de llevar una moción al Pleno sobre el asunto, aunque sea para perderla. Y que no se les haya ocurrido ponerse de acuerdo para pedir un Pleno extraordinario en el que obligatoriamente se hubiera tenido que debatir el rechazo a que esa línea de alta tensión atraviese el futuro Parque Natural de Sierra Escalona y Dehesa de Campoamor.
Pero con lamentos no se va a ninguna parte, por eso yo voy a presentar las correspondientes alegaciones para hacerles ver a los responsables del proyecto y a las administraciones que tienen que pronunciarse que no se puede aceptar ese disparate. No voy a cuestionar la necesidad de mejorar la red de distribución de electricidad. El desmesurado urbanismo de los últimos años no se ha acompañado con un aumento de los servicios y antes o después había que hacerlo, pero no por la sierra.
Voy a decirles que el trazado que se apruebe finalmente se sitúe fuera del territorio destinado al Parque Natural y a su zona de amortiguación de impactos. Voy a decirles que la línea de alta tensión se sitúe fuera de la Zona de Especial Protección para las Aves que ha propuesto el Consell. Les voy a decir que tanto que saben y no han sido capaces de averiguar que son muchas las aves rapaces -águilas, búhos, azores- que anidan, que cazan, que vuelan por esa zona que quieren violar con sus torres monstruosas y sus cables traicioneros, invisibles en la noche para las rapaces nocturnas que pueden encontrar la muerte al colisionar con ellos. Les voy a decir que el paisaje también es un valor en sí mismo, y que nos hace la vida más agradable, y que si lo ultrajan nos hacen daño. Me cuesta imaginarme esa torre de 20 ó 30 metros de altura que tienen previsto colocar en lo alto del cerro que mira hacia Lo Balaguer, y que será visible desde el pueblo y desde buena parte del término municipal. Les voy a decir que por la sierra no.
Sé de otras personas que también van a decirle lo mismo que yo. Sé que la Asociación de Amigos de Sierra Escalona les va a decir esas y algunas otras cosas más. Sé que la Asociación de Vecinos también se lo va a decir. Sé que Izquierda Unida también lo hará. No sé si a alguna otra organización de este pueblo le importará lo que pase con la sierra. Pero si alguien más está por la labor, está por defender y proteger ese espacio natural que bulle de vida, que no lo dude, que pida las alegaciones. El viernes 24 es el último día. Merece la pena.
Hace unos días estuve en el anillamiento de pollos de búho con dos investigadores de la universidad. Tuve en mis manos por primera vez a un «buhíto», y me emocioné, lo confieso. Me llamaron poderosamente la atención sus enormes ojos amarillos. Unos ojos indefensos, vivos pero ajenos a los peligros que se ciernen sobre los habitantes del bosque. Me acordé de la línea de alta tensión, una de cuyas torres podría ser anclada muy cerca de su nido. Y en aquellos ojos infantiles de un buhíto con la mirada perdida y transparente encontré la confirmación de mi apuesta por la defensa de la sierra. Qué quieren, soy un sentimental.
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