FERIANTES
Feria del Libro Murcia 2023. Caseta 46 (Editorial Pluma Verde).
En la caseta tengo a mi derecha a David, el editor, ocupado en ordenar libros, atender la caja registradora y darle unas caladas a un cigarrillo; a mi izquierda a Emilio Tomás y Nuria, de Taller de Prensa, con la mesa y los estantes repletos de buenos títulos, él también autor de la saga Equinoccio, atentos a los lectores que buscan determinado libro o que se dejan aconsejar por un incombustible Emilio, que además ofrece los que son de su autoría. Muestra una energía desbordante. No le falta nunca una sonrisa amable para con quien se acerca a la caseta.
Convivir muchas horas con Emilio y Nuria, no solo en la caseta sino compartiendo charla a la hora de la comida, me ha permitido conocer más de cerca la trastienda del «feriante» de libros, el modesto, el que tiene que hacerlo todo por sí mismo, el que debe multiplicarse y quitarle horas al sueño para que el escaparate de la caseta esté perfecto. Si hay ventas hay pan en la mesa y gasolina en el depósito del coche.
Su jornada, en estos diez días de feria, comienza a la seis de la mañana y puede acabar a la una o las dos de la madrugada. Recoger, conducir hasta su pueblo, preparar cena, arreglar cuentas, preparar para el día siguiente. A veces se desdoblan y Nuria acude con los libros a otro evento en otra localidad. A medida que pasan los día, a pesar de que la sonrisa se mantiene, el cansancio comienza a notarse en la cara.
Todo escaparate tiene su trastienda. Todo producto acabado guarda tras de sí procesos, tiempos, esfuerzos desconocidos para quienes observan el escaparate. Ya sea en estos mercado de libros que son las ferias o en el de cada semana en los pueblos y ciudades, la vida del feriante, del mercader, modesto es esforzada. Mis respetos.
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